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miércoles, 3 de diciembre de 2008


Quién si no yo

A María

Donde no puedas amar pasa de largo
Federico Nietzsche



Voy a decirte la verdad
Uno solo debe buscar amor
En todos
En todas
En ninguno
En sí mismo
En la costumbre
En el cubierto que te acerca las lentejas
En las lentejas
En cualquier esquina
En un pent house
En la escalera
En la curativa epidermis del huevo
En las pepas que escupimos
De la sandía
Que comemos
En la boardilla que pesa
De libros y besos
En el pañuelo donde reposan las lagrimas
Cuando el E.S.M.A.D nos hace llorar
En el Néctar azul de Darío
En el Néctar verde de Federico
En el Néctar rojo de León
Uno debe buscar amor
En todas las formas del caleidoscopio
En la música y sus sombras
En la palabra
Y sus escombros
En la levadura del pan
Que se eleva en el espíritu
Y el estomago lleno
En el corazón fatigado
En el odio
En el negro
En ti
En mí
En ellos
En la soledad que me acompaña
En esa amada
Que no llega
En ese piano que no aprendí a tocar
En el ajo
En el amarillo del Rey Sol
En el azul de Besson
En el rojo de Kieslowski
En el sándalo
Que perfuma el hacha que lo tala
En el hacha que trae el sándalo a tus manos
En las manos que llevan el hacha hasta el sándalo
En un Wolswagen ronco
En los relojes sin batería
En todas las esperas
En la espera que aún te espera
En los dedos de Fito Páez
En el whisky malo
Y su traje Espíritu Santo
En las mejillas del viento
En los billetes que ya no circulan
En los amigos que te hacen avalúos
En una moneda cayendo
En el ajiaco tan sublime
De esta raza tan irrazonable
En una lata de Coca Cola helada
En una lata de Coca Cola vacía
En una lata de Pepsi
En Dios
En dios borracho
En un calado
En esos desiertos
Donde lo único que hay son hombres
En los escombros flotantes de Venecia
En el incendio azul y rojo que consumió a nuestros abuelos
En ése que trajo a tu abuelo y al mío
A vivir en esta absurda alucinación
Que es Bogotá y todos mis muertos
En el café que aquí se llama tinto
En el tinto que allá se llama vino
En lo profundo
En lo externo
En Cantabria
En Zipaquirá
En la “e” en la “n”
En la rosa de la espina
En lo que falta
La muerte te alquiló este rato que se llama vida
Ama a ambas
Ama una guitarra sin cuerdas
Es lo que necesito decirte
Ama el exilio del que nunca se va
Ama estas lozas sin mar
Donde el caballo sin tierra
Batalla en un ajedrez
Ama a Arnulfo Briceño
Él me amó sin conocerme
Ama porque amar
Es condenar a la inmortalidad un sueño
Ama a las mujeres que no me amaron
Porque también algunas balas me fallaron
Ama los paraguas que no paran aguas
Ama ese octubre que me oprime
Ama a los artistas
Ellos son hombres que no lo saben
Ama al punto
Fin de toda línea
Suspensivo del suspenso
Vigoroso y bemol
Ama a los recuerdos
Ya que uno solo recuerda a lo que teme
Ama la Ciudad de Kostantinos
Porque él sabio
No quiso titularla Universo
Ama a los perros que te muerden
Porque su lengua te conoce
Ama a quien te diga mentiras
Ama las manos perdigones de caricias
Ama la olla al final del arco iris
Si así te place tu libre caso
Olvida lo anterior
Solo ama amor
Hija mía
Uno debe buscar el amor
El amor en todo y en nada
En los seres como yo
Que a falta de vida para darte
Te dieron esta muerte que hoy te escribe.
















4 comentarios:

Unknown dijo...

¡Bravo!!!, ama la vida, ama la partida, ama el regreso, ama a Machupicchu..., besos de Juli

RABIARTE dijo...

QUE EXELENTES TRES MINUTOS, AHORA A AMAR EL HUMO QUE LIBERA UN INSTANTE DE LUZ. ABRAZOS PARCERO SALUDDDDDD

Anónimo dijo...

Me hace falta la ambivalencia, odio hasta al amor y valga el cliché; amo hasta el odio.
Con odio, Leo.
PD. Bellísimo texto, es chistoso q supongo q Mariana no entiende un carajo d todo aquello, pero como están las cosas, con todo mi amor deseo q alcance a vivir para ello.

Anónimo dijo...

Voy a escribir esto, yo a diferencia de la (m)u(e)(n)r(te) que te escribe, por el reflejo o la refracción de la luz te llevo no sólo en la mente o la insolación de las sombras, conozco de vista a una que te rodea suponiendo que sepa circunvalarte y de olfato a otro, y a otros
que pueden estar muertos, no me es difícil consagrarme a esa luz que sumerges y estallas, se ve que estas viva y eso es muy bueno es libertad y, amor, supon que conozcas de tanto a esos dos o que no te conozcan como de seguro debe ser si continuan consumiendose, creo que nos conocemos por el bien de la sangre y que unidas a raices dispares, que se mueven, me enseñas y nos enseñas a sonreir, y esas pequeñitas manos que no te duelen y que sembrarán más allá de los guardias y las alucinaciones el instinto, ese que eres por que ahí se ve, que nadie te cuide más que tú y es que quedas en las mejores manos las tuyas, ese es bonito y aunque naufraga y combata y salga de las olas y toque la arena aunque por todos los motivos no pueda ayunarte y te siga y con colmo te colme te ama, no se destruira tu corazón, no sufre por debajo de ese aire terciopelo bóveda, te podremos dejar la música y los libros, la razón el legado de los vivos, y las gracias a quien con soberbía inteligencia tomo la fotografía, y en el fervor del momento ahora puede recorrer el camino entre tantos ojos que te ven... Ya vienen los despertares que salen de tu boca y los sueños esos los tienes poseidos... Gracias a esa mano que unida cabalmente a su destino te dice la verdad. Además que no falta el que asegure que estas disfrazada.