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miércoles, 31 de diciembre de 2008




Algunos mandamientos de mi real gana


TIEMPO

Hay penas largas que causa la noche
pero se van con el día
Buscan amaneceres eternos
en mis manos las cenizas
Hay amores que me causa la vida
ojalá se vayan sin mí
cuando se ponga la muerte.

RELIGIÓN

Dios en mí
Yo en él
¿Quién es quién?
Entre dos gotas de agua.

ECLIPSE

Niñez: sol
Juventud: edades
Vejez: soledades

I

La costumbre fluvial en tus pupilas,
el reto marino en mis cabellos.
Pobres gotas de otros tiempos
buscando amor en un mar muerto.


LA MUERTE

La muerte tiene vida propia…
la tuya.

VARIACIÓN

Cría cuervos y…
nunca más.

CONTRADICCIÓN

Una mano que dice adiós
es una mano gritando no.

PERFECCIÓN

Si Dios fuera perfecto, tal vez nadie creería en él.

miércoles, 3 de diciembre de 2008


Quién si no yo

A María

Donde no puedas amar pasa de largo
Federico Nietzsche



Voy a decirte la verdad
Uno solo debe buscar amor
En todos
En todas
En ninguno
En sí mismo
En la costumbre
En el cubierto que te acerca las lentejas
En las lentejas
En cualquier esquina
En un pent house
En la escalera
En la curativa epidermis del huevo
En las pepas que escupimos
De la sandía
Que comemos
En la boardilla que pesa
De libros y besos
En el pañuelo donde reposan las lagrimas
Cuando el E.S.M.A.D nos hace llorar
En el Néctar azul de Darío
En el Néctar verde de Federico
En el Néctar rojo de León
Uno debe buscar amor
En todas las formas del caleidoscopio
En la música y sus sombras
En la palabra
Y sus escombros
En la levadura del pan
Que se eleva en el espíritu
Y el estomago lleno
En el corazón fatigado
En el odio
En el negro
En ti
En mí
En ellos
En la soledad que me acompaña
En esa amada
Que no llega
En ese piano que no aprendí a tocar
En el ajo
En el amarillo del Rey Sol
En el azul de Besson
En el rojo de Kieslowski
En el sándalo
Que perfuma el hacha que lo tala
En el hacha que trae el sándalo a tus manos
En las manos que llevan el hacha hasta el sándalo
En un Wolswagen ronco
En los relojes sin batería
En todas las esperas
En la espera que aún te espera
En los dedos de Fito Páez
En el whisky malo
Y su traje Espíritu Santo
En las mejillas del viento
En los billetes que ya no circulan
En los amigos que te hacen avalúos
En una moneda cayendo
En el ajiaco tan sublime
De esta raza tan irrazonable
En una lata de Coca Cola helada
En una lata de Coca Cola vacía
En una lata de Pepsi
En Dios
En dios borracho
En un calado
En esos desiertos
Donde lo único que hay son hombres
En los escombros flotantes de Venecia
En el incendio azul y rojo que consumió a nuestros abuelos
En ése que trajo a tu abuelo y al mío
A vivir en esta absurda alucinación
Que es Bogotá y todos mis muertos
En el café que aquí se llama tinto
En el tinto que allá se llama vino
En lo profundo
En lo externo
En Cantabria
En Zipaquirá
En la “e” en la “n”
En la rosa de la espina
En lo que falta
La muerte te alquiló este rato que se llama vida
Ama a ambas
Ama una guitarra sin cuerdas
Es lo que necesito decirte
Ama el exilio del que nunca se va
Ama estas lozas sin mar
Donde el caballo sin tierra
Batalla en un ajedrez
Ama a Arnulfo Briceño
Él me amó sin conocerme
Ama porque amar
Es condenar a la inmortalidad un sueño
Ama a las mujeres que no me amaron
Porque también algunas balas me fallaron
Ama los paraguas que no paran aguas
Ama ese octubre que me oprime
Ama a los artistas
Ellos son hombres que no lo saben
Ama al punto
Fin de toda línea
Suspensivo del suspenso
Vigoroso y bemol
Ama a los recuerdos
Ya que uno solo recuerda a lo que teme
Ama la Ciudad de Kostantinos
Porque él sabio
No quiso titularla Universo
Ama a los perros que te muerden
Porque su lengua te conoce
Ama a quien te diga mentiras
Ama las manos perdigones de caricias
Ama la olla al final del arco iris
Si así te place tu libre caso
Olvida lo anterior
Solo ama amor
Hija mía
Uno debe buscar el amor
El amor en todo y en nada
En los seres como yo
Que a falta de vida para darte
Te dieron esta muerte que hoy te escribe.
















lunes, 1 de diciembre de 2008


Señor Lobo, en Nariño sí se puede ser bien bestia


Qué vergüenza Don Antonio Navarro Wolff y su huelga de hambre de 48 horas, en un país donde la paz está en brazos caídos, donde nadie come y no a propósito, qué vergüenza su pancarta de “En Nariño Si Podemos”. Amigo Lobo, “sí” debe llevar tilde para que sea afirmación, se les pasó a sus asesores el detalle, igual de ignorantes a usted que deben ser ellos, igual de ilusos, pero no igual de hambrientos a nuestros paisanos que tanta hambre aguantamos, hambre de todas las clases. En 48 horas estará usted comiendo langostinos, con el dinero nuestro y con la vergüenza suya, que ojalá no salga en los noticieros internacionales. Además usted debe estar acostumbrado al hambre, eso no es proeza, o si no ¿cómo hizo cuando la granada le voló la quijada? ¿Qué va a hacer con sus pañitos de agua tibia?, ¿tomar suero para demostrar su valía con el pueblo nariñense? Pacato, payaso, bestia. Fue que el “amarillito” se le subió a la cabeza, y la resaca de la conciencia lo obligo a ser solidario con sus votantes. Pero no se preocupe que Don Álvaro en la hora 25 de su huelga, va a salir corriendo para donar su sueldo en aras de resarcir el error de los socios de D.M.G., y si no lo hace Álvaro, seguro que el Señor Murcia lo hace, que para eso a él le sobra la plata.
No se nos ponga famélico, no se nos ponga débil que la debilidad política le cuesta bastante al hambre del pueblo, no haga eso, no arme una carpa blanca con un aviso, sin ortografía para mostrarle a Colombia su buen corazón, que afrenta llevar el circo a las casas de los que no tienen pan. Mire no más como toda Colombia le dona a los damnificados de la “ola invernal” mercados y más mercados, y ollas, y colchones, más bien haga fila y coma que por hacer estas huelgas debe estar perdiendo la razón y la redacción, por Dios querido Lobo, no me haga sentir más vergüenza ajena con su solidaridad. No haga campaña con actos tan ridículos, más bien vuélvase a armar, tómese el nuevo Palacio de Justicia, róbese la espada de Bolívar, y con ella acuchille un marrano y celebre desde las montañas de Colombia, por su gloriosa izquierda, que no es más que la otra derecha, haga cualquier cosa, una cosa violenta, rastrera, pero algo por lo menos original, por lo menos duradero.
48 horas de hambre en un país que tiene más de 500 años de hambre, por Dios Don Lobo, o si es que le hace falta fiambre, venga a mi casa que mi mamá le prepara ese plato típico que es el arroz con huevo, y una aguapanelita bien caliente que a la fija yo le endulzo con cicuta.

Larry Mejía.
Bogotá 1 de diciembre de 2008

lunes, 24 de noviembre de 2008




Debes saber



Debes saber dejar de sonreír

si la alegría se alejó

te queda solo la tristeza

y días de infelicidad.

Debes saber que en esta angustia

la dignidad hay que salvara

unque el dolor te sobrecoja

debes marchar y no volver

ruega al destino que te abandona

por piedad, no me hagas sufrir

debes saber fingir el llanto

y hundirlo en tu corazón.

Debes saber a tiempo comprender

cuando el amor se retiró

marcharse con indiferencia

aunque en silencio sufras tú,

debes saber ahogar la pena

y enmascarar el gran dolor

y retener el odio oculto

si en un infierno vives tú

debes saber quedar de hielo

si el rencor quema la pasión

debes saber

guardar el llanto

y tanto lo hago yo

que ya no puedo más

debes saber que yo

yo no lo sé...


Charles Aznavour.

miércoles, 19 de noviembre de 2008




hablan


los hombres hablan de mujeres
de futbol y de autos

los lavacoches hablan de mujeres
de futbol y de autos por lavar.

los sin voz no hablan
pero si hablaran
hablarían de mujeres
de futbol y de autos.

las mujeres hablan de mujeres
pero no hablan de futbol ni de autos.

los excluídos hablan de mujeres
de futbol y de autos que nunca tendrán.

y vos poeta
de qué hablás cuando hablás
con voz de pájaro inalcanzable?.


Aldo Luis Novelli

jueves, 13 de noviembre de 2008



(Don Jorge y él León)




BALADA EN SOL PONENTINO


Balada en sol ponentino
y en luna delicuescente.
La escande el incoherente
musageta gongorino.

Si ya no tiene remedio
-ni monta-canto al presente
para divertir mi tedio.

No como trova otra gente
no con estro aligherino
Tampoco en vate mirrino
ni en aeda decadente:
a la "musa" pongo asedio
-juglaresco baladino-
para divertir mi tedio.

Este interrogue el "destino"
Aquél ría, acerbamente.
Los jayyánes del oriente

loen y el amor y el vino.
Vino ni amor por mi predio...:
disparato -indiferente-
para divertir mi tedio.

Otros expriman la mente
para encontrar "el camino".
De ése idioma sibilino
poco se cura el Demente
ni el Orsado: y yo -en el medio
de los dos- o grazno o trino
para divertir mi tedio.





martes, 11 de noviembre de 2008


La rabia


tengo rabia de los mataderos
la rabia del rinoceronte enjaulado
tengo rabia contra sus deseos
contra sus huevos aun no descascarados
los aplasto
rabia rabia contra sus juegos sus tejemanejes
los desbarato los desareglo
contra sus expertos en quimera
contra sus shows demagógicos
contra sus cagaderos democráticos
contra sus banderas y sus gorras
contra sus centros y sus suburbios
rabias y paso
de todas esas rabias estoy sudando a mares
nado nado contra sus armas contra sus voces
y no me ahogarán.




La rage


j’ai la rage des abattoirs
la rage du rhinocéros encagé
j’ai la rage contre vos vœux
contre vos œufs pas encore éclos
je les écrase
rage rage contre vos jeux vos manigances
je les déjoue je les dérègle
contre vos experts en chimère
contre vos shows démagogiques
contre vos chiottes démocratiques
contre vos drapeaux et vos casquettes
contre vos centres et vos banlieues
rages et j’en passe
de toutes ces rages je suis en nage
je nage je nage contre vos armes contre vos voix
et vous ne me noierez pas.

(Stéphane Chaumet. Traduccion Myriam Montoya)
Chaumet aparece en la foto atrás de la poeta Fátima Nahoot.

viernes, 7 de noviembre de 2008



XIX

El tedio, y el fastidio y el odio
en la palestra y en el gladio!

El tedio, el odio y el fastidio
en el alba y el preludio…

Cuando el amor, y el suicidio
el odio, el fastidio y el tedio!

Por todo el innúmero radio,
el tedio, el fastidio y el odio!

Y el ilógico vate en el medio
del odio y el tedio… ¡el fastidio!

El fastidio! Y el odio! Y el tedio…!


Another one bite the duts

Llegaré
a
ti
como
a
la
muerte
inebitablemente

lunes, 27 de octubre de 2008





...Cuando su gracias pura evoco
-entre mis farsas de un barroco
gusto o mal gusto- loco y loco
yo nada quiero de la vida
sino a mi dulce prometida
lejana!

León de Greiff

La lista es tan extensa y tan disímil. Que yo mismo no doy fe de algunas cosas, debe ser la relatividad de los lances que da la bestia, pero para no descargar el bulto en ella como es costumbre, trataré de ser lo más honesto en cuanto a las cosas que me gustan y a las que no, seguramente que algunas rayaran con la inmadurez, lo cual me tiene sin cuidado, y otras con la locura, pero solo por eso quiero recordar alguna tarde de calle por allá en la que escuché a alguien diciendo que me quiere cuidar, y pienso que me faltó hacer la admonición con un cartel gigante que dijera: Lo único de lo que yo necesito que me cuiden es de mi mismo.
No sé porque no lo hice, creo que no quería asustar a la ciudad que tan bien se había portado hasta entonces.
Creo y para ser consecuente, que las cosas que me gustan son las que quiero ser y hacer, y las que no, son de las que busco alejarme, aunque desafortunadamente tenga un poco de ella..
No me gusta la pereza, o por lo menos no cuando tiene que ver con hacer las cosas que a uno le gustan, las que uno profesa, pues la desidia por los deseos hace tan vacía la vida, y tan irrisoria la convicción que cuando alguien muestra desgano por lo que hace, está más muerto que si nunca hubiera nacido.
No me gusta el rencor que a veces profeso, pues me pone debajo del oponente, me hace perder la pelea sin darla, quizá por eso ahora busco una manera más inteligente de decir mi verdad.
No me gusta mucho callar, para eso tengo lo que no conozco, la eternidad.
No me gustan las carnes raras. (En ninguna presentación)
No me gusta la pobreza, eso sí entendida como la pobreza de la existencia que tanto realzan los que no tiene dinero, llegan tarde, dicen mentiras piadosas, ripiosas, escandalosas, ingenuas, acomodaticias. Tiene un teléfono de 500 dólares y jamás tienen minutos. Compran lo que no necesitan, son envidiosos, no se bañan, se resignan y lo peor: se callan.
No soporto la música bailable pues no sé bailar.
Amo todos los instrumentos, se me hacen como montañas y además Amo las montañas y los ríos y todo lo que me hace innegable la procedencia del espíritu.
Me gusta Europa porque también me gustan los museos.
Me gusta América porque será un museo.
Odio la guerra y el olvido.
Amo la palabra y mucho más cuando tiene ritmo asonante, con las consonantes no me la llevo muy bien.
Profeso un culto extraño por las obleas.
Me gustan mucho los calentanos recién salidos del horno, en general casi todo el pan caliente y mi favorito es el pan de ajo.
No sé cual es el asunto con la Coca Cola, pero me gusta mucho.
No me gustan los cubios, ni las habas, ni pagar las que se comió el burro, aunque casi siempre lo hago.
Me retuerce el alma el egoísmo, soy ego centrista, pero no soporto a quien no puede compartir, pues a eso se me hace que vinimos al mundo, desde la migaja, hasta la sangre, todo es de todos y para todos.
Amo viajar porque me busco y me huyo, (me gusta el párrafo anterior)
Amo la mayoría de los animales y a los que no Amo, es porque les tengo miedo, lo que a la vez me atrae.
Siempre e tenido mi problema con los domingos, se me hacen hijueputas.
No me gusta la leche, mas me encantan sus derivados, no me gustan los italianos, pero sí la sublimación que le dieron a la pasta que como ya sabes llevaron de China.
Con los chinos, me pasa lo mismo que con los animales que no Amo.
Detesto en lo que se convirtió Colombia, detesto el renunciamiento que sufrieron los que amé, porque detesto cambiar, y saber que ya no los amo, que se perdieron de mí y que yo me les escondo.
Me gusta el Perú, a pesar de conocerlo poco, se me hace que allá y en Manizales hay algo para mí.
Me gusta Alemania, quiero que esparzan mis cenizas en algún lugar de ese museo.
Me gusta la poesía en todas sus presentaciones.
Se me hace que el que inventó el piano, logro encerrar en esa caja a Dios y al Diablo, o se quedó encerrado él, atrapando de paso a quienes lo escuchamos.
Me gustan todas las películas de Robert De Niro, se me hace que es un tipo muy especial, ocurre lo mismo con Gary Oldman, Anthony Hopkins, y otros cuantos y otras varias.
Se me hace que uno debe acompañar todas las comidas con queso, y no soporto que me sirvan algo diferente a agua con cualquier alimento.
El vino me lo aguanto del que sea.
Tengo mis sentimientos encontrados con la música norte americana.
Tampoco me gustan las almohadas.
Las vírgenes se me hacen hermosas, pero no las muchachitas, porque a esas no les creo ni lo que se comen, ni lo que dicen que no se han comido, hablo de las estatuas, de los cuadros. Lo mismo me ocurre con las esfinges.
Con el aguardiente como con el café, me ocurre lo mismo, soy inherente a ellos pero no los soporto algunas veces.
A veces quiero tener todos los libros, a veces quiero quemar todos los libros.
Le creo a casi todo el mundo, por eso detesto las mentiras, y detesto tener que decirlas, porque me hacen dejar de creerme.
Los ladrillos salidos del horno, me causan mucha ternura.
Me gustan los blue jeans, y las chicas que los usan.
Me gustan las Harley Davidson, y odio a las muchachas que las montan.
Me gustan mucho los lentes de sol, porque me evitan mirar al contendor, además se me hace que se me ven bien.
Me gusta caminar y tomar Coca en lata, y comer roscones de arequipe, y saber que alguien viene conmigo, que alguien me espera, que alguien me quiere, que alguien me olvidó, que alguien me recuerda, que soy alguien y a veces todos y a veces como todos nadie.
Tengo una facilidad sorprendente para sorprenderme y para hacer enemigos, y para convertirlos en grandes aliados.
Me gustan los zapatos de tela norte americanos, esos que usábamos cuando caminábamos con las estrellas en los pies.
Me gustan casi todos los trenes, sobre todo salir en tren de mañana por Ecuador y ver a los campesinos desde el techo de un vagón, saludando y quedándose atrás, pero quedándose en mi mente.
Quiero volver a Ecuador, quiero darles las gracias a todos los que me ayudaron a vivir, y a todos los que no pudieron matarme.
Tengo mis cosas raras con el suicidio, pero prefiero dejarlo siempre para otro día.
Cualquier persona que se meta con el arte, que lo intente, que le apasione, se me hace un ángel.
Me generan estrés las filas, las cajas, los impuestos, las señoras embarazadas.
Me gustan las señales que anuncian otro pueblo en la carretera, me gusta cuando dice “Puente internacional Simón Bolívar 5 kilómetros”
Odio no haber aprendido a tocar el piano, ni a bailar.
La comida chatarra se me hace necesaria, me gusta mucho el águila de Águila Roja, que conocí en Palmira, y que no era roja si no gris, y odio que la mantengan encerrada.
Detesto la impuntualidad, y la facilidad con que se me contagia.
Me gusta el orden y el desorden.
Me gusta que me saluden de manera afectuosa en la mañana y me gusta que me saluden de manera in sinuosa en la noche. No me gusta sospechar, no me gusta tener la razón cuando sospecho, tampoco me gusta equivocarme.
Me gusta contar las baldosas de las veredas, me gusta jugar a que soy un caballo de ajedrez cuando veo una cuadricula por la calle.
Hago apuestas conmigo mismo y a veces cuando me conviene hago trampa y me río solo.
Odio a los que roncan, a los que estorban, a los que no hacen algo por la vida y le quitan la vida a los otros.
Me fascina jugar, a lo que sea, cartas, dominó, parqués no, pero la mayoría de juegos se me hacen divinos, las escondidas, el gato y el ratón, pastillita, yermis, ponchados, congelados, la lleva de colores, poker, black jack, ruleta, siempre apuesto al 33, me gusta jugar básquet, no me gusta mucho el golf, el tennis se me hace el deporte más completo, el béisbol se me hace el más aburrido. Pero jugar en si, se me hace muy divertido, jugar a ser grande, jugar a ser niño, jugar a no jugar, jugar a seducir. Ahora que lo pienso yo siempre estoy jugando.
Hay algo bien raro que me ocurre con todas, todas las manifestaciones de gente, y es que se me abre el chorro de la glándula lacrimal y lloro y lloro, y el corazón se me agiganta y me siento pobre, pobre cuando no puedo hacer nada, me ocurre todo lo contrario cuando en un concierto la gente canta, especialmente cuando saben la letra de las canciones, sea la música que sea, se me hace que elevan una plegaria, a veces al Amor, a veces a la novia, a veces a Dios, pero eso sí una plegaria de ellos y para ellos.
La verdad es que casi cualquier cosa me hace llorar y muy pocas reír, pero igual lloro de alegría.
Hay un par de canciones que son lo que Charly llamó “Canción para mi muerte” no son un par son como 10, una es de la Sosa, otra de Serrat, pero usted sabe que no es de el, otra es de Ozzy, otra del viejo Tomas, pero en realidad es de Gustav Holtz, otra es de Silva y Villalba, pero no sé si es de Silva o de Villalba, otra es de Arnulfo Briceño, y hay otras pero no me acuerdo, por ahí hay una de Calamaro.
Me gustan las mujeres que están seguras de su inseguridad, y de sus deseos, me gustan las mujeres que me miran a los ojos, me gusta que me toque el que yo quiero que me toque, me gusta que me bese el que yo quiero que me bese, me gusta que me quiera el que yo quiero.
Me gusta que me empujen y que me abracen, pero solo la gente que yo quiero, igual me gusta que me golpeen, pero no muy duro, como para darme cuenta que sí, que están ahí conmigo y que yo estoy ahí con ellos.
Me gustan las papas criollas fritas con arroz, y detesto el maíz pira con arroz, eso es pobre pobre pobre, con el arroz con pedazos de fideo.
Me gusta besar en el hocico a los perros y a los caballos, me gusta tocarle la cabeza a los pájaros y me asustan todos los insectos, entiendo que los zancudos deban comer, pero no soporto que lo hagan cuando estoy en ese momento frágil entre dormido y despierto.
Amo las cosas que huelen a frutas.
Amo las frutas, y todo lo que hacen con las frutas, y quiero aprende a hacer salsas de frutas, pero no para postres si no para comidas de sal.
No me gusta la loza plástica ni de metal, eso es pobre pobre pobre. Me gustan los esféros costosos, me gustan las hojas en blanco, no me gusta el papel carbón. Me gusta el papel edad media y la tinta china de colores.
No me gusta que le gente se de cuenta de que canción estoy poniendo, porque se me hace que ya no puedo sorprenderlos.
Me gustan tres canciones de Fruko. No sé que pasa con la salsa, se supone que esa música alegre, y a mí me gusta porque me produce todo lo contrario, una tristeza que ni puedo imaginarme, me parece que las trompetas son como voces de muertos, es una cosa rara.
Me gustan los amplificadores Marshall y Fender, pero de los antiguos, me gustan las Gibson y las Fender, clásicas, lo más clásico posible, me gustan las mañanas en el llano, el mar en tierra fría, las cascadas, pero de lejitos, las piscinas pero no más verlas, me gustan los lugares que son de extraña pronunciación. No me gustan las gaseosas que tratan de saber a frutas, algunas gelatinas no me gustan, me gusta el pudín y el flan, no me gustan los postres de natas, no me gusta el jugo de mora, me gusta la zanahoria rayada con panela, me gusta la panela y todos sus derivados, me gusta el limón, pero comí tanto cuando era niño, que la sangre se me aclaró y eso no me gusta, porque lo bonito de la sangre es cuando es obscura, y espesa.
Me gustan algunas sopas, me gusta acompañarlas con queso, no me gusta que me repitan las cosas, pero yo mismo me repito, no me gusta el ruido ni el silencio, me gustan los idiomas, me gustan las cartas de los restaurantes, me gustan los muebles de madera, los cubiertos de madera, las camas de madera, me parece muy pobre tener una cama de tubos.
No me gustan los tubos, ni los cables de luz, les tengo miedo a los postes, siento además que cuando la gente está subiendo al bus, me va a rayar la cara con sus puercas uñas, no me gustan los roses involuntarios, me gustan las rosas de todos los colores, no me gusta el chocolate negro, solo el blanco, me gusta el chocolate con canela espolvoreada, pero no lo soporto si no soy yo quien lo prepara.
Me gusta estar bien seguro de que la puerta quedó bien cerrada, me gusta que entre el aire y las ventanas que van desde el piso hasta el techo, me gustan los biombos, me gustan las luces que pueden graduarse y los techos de madera. Me gustan las fotos en las que salgo bien, me gustan las camisas de cuadros, me gustan las camisetas blancas de cuello en V, me gustan los cinturones de cuero, los cordones bien ajustados, las medias que no se resbalan, no me gusta la ropa interior.
Me gustan casi todos los coches, menos el Renault 6, porque me parece un ataúd, me gusta Mac Gyver, Los Años Maravillosos, las películas de acción, las comedias románticas me fascinan y a veces me invento unas en mi imaginación, me gustan algunas de terror, me gustan las de señoritas, porque me gusta espiar a la gente, y saber que hace, que dice, que grita, que suscita, y que tienen debajo de los ojos, aunque generalmente es solo deseo y entonces apago el televisor.
El deseo ciego se me hace tonto, a menos que sea por algo diferente a la carne, desear la carne de manera sesgada denota infelicidad.
Me gustan las llaves antiguas, me gusta dormir mientras llueve, no me gusta dormir en el día, no me gusta dormir en la noche, me gusta tener buenas ideas, me gusta que me gusten mis cosas, me gusta cocinar, correr, jugar, mojarme, bañarme mientras hablo con alguien, no me gusta comer solo.
Me gusta Rembrandt, me gusta Egipto, me gusta Suecia, me gusta recordar a través de los ojos de los demás, me gusta escuchar a los que tienen convicción, detesto a los débiles, a los mano facturados de ideas, a los genios sistematizados, a la gente que de los animales solo acopia la bestialidad, condeno cualquier tipo de violencia, y no la condeno porque condenar es otra forma de violencia, no olvido, no me acuerdo, trato de olvidar, me desespera que un nombre de una persona o un lugar se me borren de la mente, no me gustan los lunes festivos, no me gustan los noticieros, me gusta ver mil veces la misma película, me gustan las flores en el comedor, me gusta la chicharra de los teléfonos antiguos, no me gusta los busca personas, ni los celulares, ni los mp3 ni mp4, prefiero el walkman y el casete. Me gusta Vilma Palma E Vampiros, me gusta la sangre de vez en cuando, me gusta el olor de los libros viejos, me gustan los colores viejos, no me gustan los raros peinados nuevos.
Estoy cansado un poco porque aún me faltan tantas cosas, que creo empezaré aburrirte con mi mal genio, me gusta ser de mal genio, se me hace que así me quieren más, como buen colombiano atrabancado, me gusta que el que esté conmigo esté bien.
Todo esto es tan plural, tan vergonzoso, pero real.


martes, 21 de octubre de 2008




El Paisaje En La Niebla

Estar sólo debe ser
Estar sin siquiera un sueño
Como con un violín y sin el arco
O con el arco y sin la flecha
O con la flecha y sin el blanco

Estar sólo debe ser
Estar sin siquiera la muerte a donde llegar
Con un tequila y sin limón
O con limón sin limonero
O con limonero sin olfato
O con olfato y sin sabor

Estar sólo debe ser
Estar si siquiera una voz para esperar el eco
Con un abrazo y sin los brazos
O con los brazos sin las manos
O con las manos sin un rostro
O con un rostro sin tus ojos

Estar sólo debe ser
Estas por siempre frente a un espejo
Que se quiebra eternamente
Mientras el cuerpo se disecciona con él

Vagos visos de un amor que imaginamos
Turbias baladas que bailamos solos
Melodías compuestas para nadie
Caminos que reflejas huellas de una sombra
Frente a un abismo de silencio

Estar sólo debe ser
Estar sin siquiera un crepúsculo
Con un día sin su noche
Con una noche sin recuerdos
O con un recuerdo sin pasado, sin otrora

Estar sólo debe ser
Estar sin siquiera un paisaje en la niebla.

Larry Mejía



A priori

Será mejor empezar por el final
Que todos mueran esta noche
Mañana ya nacerán los otros
Nosotros mismo y ninguno
La sed irremediable será saciada
Mañana se acabará el agua
Porque hoy nos beberemos el vino
Bienvenidos los fantasmas
Y todas las manos que nos abofetearon el rostro
Y todos los rostros por los que pasó nuestro cuerpo
La muerte está del otro lado
Ábranle la puerta
La vida está sentada
Sáquenla del baile
Para empezar hay que soñar el presente
Será mejor dejarnos de mentiras

Larry Mejía


Estación de domingo

Otra vez
como adán.
Desnudo y sin hogar.

Desarmado
girando
en la ebriedad terrible
de la más desolada soledad.

Otra vez
como adán.

Aprendiendo a salvarme del sol y de la lluvia
del hambre y de las fieras.

Pero el alma sin fuerza
la mente sin motivo

Los ojos, extenuedos,
buscando entre las ramas la fruta más jugosa
la fruta de la vida.

Otra vez
como adán.

Desnudo y desarmado.
Aprendiendo a morder de la tristeza,
buscándole alguna vitamina,

recordando al migo
Que
Ya
Nunca

Y sudando nostalgia
Con la fiebre más triste..


Arturo Arcángel

miércoles, 8 de octubre de 2008


Creo que...


A Liliana T.


Amo a la gente que ríe
De si misma o de mi
Amo a la muerte
Si es muerte de risa
Amaré a la muerte
Si viene sonriendo
Amo ese aleteo de la mueca
Contra la facción de la angustia
Y creo a fin de cuentas
Que si es para morir que nacemos
Es entonces contra la muerte que reímos

Larry Mejía

lunes, 29 de septiembre de 2008


Rutina

Salí de casa en busca de un poema
¿Y qué me encuentro?
Una guerra.

Regresé a mi cuarto
¿Y qué me espera?
Una hoja.

Volví a la calle.
Ahí estaba la derrota.


Sin novedad regreso
Y ¡OH! Sorpresa
100 hojas.

Me estoy cansado de todo esto
Parado en mitad de la avenida
Donde apenas las cucarachas asoman la cabeza.

De regreso a casa
Prendo la luz del cuarto
Y ahí están mil hojas

Afuera aún las brasas ávidas
Devoran cuerpos.

Entonces pienso
Que aquí los poemas
Y los muertos
Se multiplican por parejo.


Centro Educativo Distrital General Santander


Esta mañana de sábado quiere hacerse sentir. El sol busca a los estudiantes por todos los pasillos del colegio. Mientras también yo busco al niño que fui en una nada similar.
Alguien que viene, barriendo va silbando un ritmo tropical.
Las voces van y vienen, aunque no vea los cuerpos. Los ladrillos y los alumnos estamos condenados a estar aquí. Entre la banda de guerra y las promesas de paz, entre el agua de un lavamanos que no cesa de gotear, allá a lo lejos cruzando el patio central.

Centro Educativo Distrital General Santander.
El vigilante es un galgo de piel blanca y nariz negra. El profesor de educación física es gordo, calvo, lleva lentes de aumento y una sudadera roja. Los extintores de incendio esperan el fuego colgados en las puertas de cada salón. Mientras un trapo tricolor pende saludando al viento. Hay una escoba parada, recostado su mugre en una reja verde, hay un mural que no deja de enrostrarme la infamia.
Y yo… sigo recorriendo colegios, sigo atajando los tiempos, sigo escribiendo y ahora dizque soy profesor.
El chiflón que se mete, invoca mi nombre, o mi apodo, desde alguna esquina. Corro con los marcadores en una mano y una la clepsidra en la otra, mientras un pequeño en dirección opuesta viene corriendo hacía mí, al mismo paso, con la misma mirada, con el mismo tiempo detenido. Y cuando me cruza, se queda sonriente mientras me dice –Adiós profe- y le contesto –Adiós yo-


martes, 9 de septiembre de 2008


A CONTRAMANO DE LA RESACA DEL CARNAVAL


Con dos duros en el bolsillo la cosa está tomando mucho brillo
Los Rodríguez


Mañana por fin, después de trabajar un mes y medio, por los diferentes rincones de la capital, de colegio en colegio, soportando la desidia mía y la de los estudiantes, quienes muestran su interés por la vida en la forma como se les va escurriendo el pantalón hasta por debajo de las nalgas. Me pagarán mi sueldo. Algo así como 700 mil pesos, está bien pues es por medio tiempo, medio tiempo de correr entre el Aquileo Parra, que limita con el cementerio del norte, hasta el Sierra Morena, que limita con el sur con Soacha, pasando por el Puerta de Villavicencio, que limita al oriente con Venezuela (miento, pero casi) y de vez en cuando en el Simón Rodríguez que limita con el apartamento de un amigo donde a veces me emborracho.
Lo cierto es que después de pagar algunas obligaciones, entre otras la segunda cuota de esta computadora, algo de dinero quedará para mí, (para bien o mal gastarlo, para gastarlo en todo caso porque para eso se hizo el tiempo y el dinero). Se me han ocurrido tantas cosas, comprar un pequeño equipo de amplificación marca Fender que están vendiendo a muy buen precio, darle a mis pasos un par de estrellas que cuestan como 100 mil pesos en San Andresito y vienen en presentación de zapatillas Converse, o salir a comer al lado de una pareja de amigos y hablar de Jarmusch y Abél Ferrara...
La imaginación me florece siempre que algún peso sobra por ahí, pero estos días dejándome llevar por las voces y los empujones de la mayoría, me es imposible no pensar en comprar la boleta para ir a ver al tan esperando bonaerense Andrés Calamaro, quien por fin y después de toda una vida de carrera nos visita.
Hace unos días paseaba por Valencia en Venezuela viendo los carteles que anunciaban la presentación del rosarino Fito Páez, que se ondeaban colgados de los postes en las calles, mientras en los otros postes danzaban también los pasacalles del evento mundial de escritores a que fui invitado, y entonces como dice la canción de Rodolfo ah que hermosa sensación... y ahora aquí de regreso a la cuidad de los pobres corazones, me parece necesario y vital ir a ver al Comandante pero no puedo dejar de pensar en la frase de Fito, esa que dice lo que pasa es que me ofende tanta vulgaridad, así que me parece necesario y vital rendirle un homenaje al Salmón y a tantos otros salmones que en el intento por desobar sus emociones estarán haciendo hasta lo imposible por asistir a la tan esperada cita con Andrés.
El homenaje consistirá en que teniendo el dinero para la boleta, teniendo sus canciones incrustadas hasta la medula, no iré, es mi sentida ofrenda para quienes no llegaran al sitio, bien porque les sobran los motivos como dice Sabína, bien por que les hace falta el dinero, bien porque no les hace falta, o por cualquier otra razón que desconozco. No iré porque mi ausencia es la mejor manera de estar presente, no iré para seguir siendo uno de esos chicos que Calamaro invoca en la frase toma una lista de mis amigos quiero convencerlos que vuelvan conmigo y como yo también creo que nadie se va del todo seguramente que entre canción y canción entonada con amor esa ya muy cercana noche, algún eco de mí repetirá con sentido acento los coros que vengo cantando de años atrás.
No iré al concierto de Andrés Calamaro para poder estar ahí, para cumplirle a los que tampoco irán, para que nuestro anonimato sea digno de las letras brutalmente honestas del músico argentino. Y a la final no iré porque prefiero estar en la calle tomando eso sí un buen Termidor mientras voy cantando con un similar aliento oxidado alguna cosa como: siempre tomé la misma dirección la difícil la que usa el salmón... que en este caso es la dirección de no seguir la corriente que irá a dar en el parque Simón Bolívar.
No se trata de algún resquemor contra Andrés, a quien tanto le debo aunque él no lo sepa ni le haga falta, se trata de Honestidad Brutal, en contra de la Alta Suciedad que esgrimiendo el folklore patrio cantará y cantará y fumará y fumará, rasgándose las vestiduras y el embobinado de los pulmones para parecer que siguen, que están, que existen, que desoban, que acompañan, que cumplen, que homologan, que pertenecen, lo cierto es que y si es como yo creo a mi no me importa nadie.
Me importan los que no conozco, los que amarrados a un viejo disco de Los Rodríguez, pasarán esa noche entre recuerdos y lugares aún sin encontrar, con la imagen intacta de un Andrés que en repetidas ocasiones nos salva la vida, o la alivia un poco.
Soy así no lo puedo evitar no iré porque ¿para qué? Si otros irán, y hablarán y cantarán y fumarán, con esa propiedad que solo ostenta el que todo desconoce, no iré para ser salmón de verdad con quienes tampoco irán aunque siempre estén presentes, y por ellos y para ellos la noche cercana noche de octubre, cuando den las 9 y desde algunos rincones existamos todavía los que creemos que son las 3 podamos con verdadera sinceridad levantar la copa y gritar de corazón desde un rincón del mundo brindo contigo (Andrés) salud...

Larry Mejía





MUNDO CONTRA MUNDO
(fragmento)

Matria

la conocí una lejana mañana
que flameaban banderas.

hablamos en bares y bodegones
durante un tiempo rojo.

una noche en una calle oscura
le acaricié los senos.

nos amamos una tarde
cerca del basural
mientras sus hijos buscaban comida.

sigo enamorado de sus despojos.


oscurantismo

hubo un tiempo
en que los pájaros dejaron de volar.

fue un tiempo feroz.

algunos iniciaron una guerra sucia
otros se amaron por última vez.

en esos días aciagos
escribí furioso
el primer poema
para el resto del mundo.




abismo

caída del hombre
en las profundidades

de la hembra.



amorsaurio

nos rozamos en la calle.

le acaricié el pelo en la esquina.

hablamos de las injusticias del mundo
cerca del basural

nos amamos con los restos
del cuerpo.

antes de dormirme
le leí un cuento de Monterroso.

...y cuando desperté
ella ya no estaba allí.





Aldo Luis Novelli

“Nació en medio del desierto patagónico, en una madrugada de juerga y carnaval” y así lleva 51 años, o por lo menos así lo conocí una noche de juerga, jerga y carnaval a la orilla de una piscina a la que quisieron lanzarlo, y de la que me hizo prometer salvarlo, ahora no recuerdo si le dije o no que tampoco ya sabía nadar, lo cierto entonces fue la fiesta de la palabra y la amistad, por eso ahora con bastante orgullo presento de nuevo estos textos de mi amigo Aldo, con la esperanza de que usted anónimo lector los acoja con la misma nostalgia y con el vaso en alto de la palabra y el vino.
Los poemas que aparecen aquí son tomados de la colección “Escribiendo en la Patagonia” publicado por la seccional Neuquén de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina, y pertenecen a una colección mayor del poeta.





domingo, 7 de septiembre de 2008




A QUIEN PUEDA INTERESAR

Que otros hagan aún
el gran poema
los libros unitarios
las rotundas
obras que sean espejo
de armonía

A mi solo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo

La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida



ALTA TRAICIÓN

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia
Y tres o cuatro ríos.


CONTAELEGÍA

Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.

JOSÉ EMILIO PACHECO

Poeta Mexicano, traductor, nacido el 30 de junio de 1939, es premio de poesía José Asunción Silva, al mejor libro de poemas en español y premio Octavio Paz de poesía y ensayo 2003. Estudió en La Universidad Nacional Autónoma de México.


EL MURO

Dos veces al mes voy en tren a la ciudad leyendo algún libro
secreto.

En cada estación se oyen los anuncios de las paradas en un
idioma mutilado por la duda.

Desde los vidrios no se pueden ver los cielos ni la gente
caminando al otro lado de la noche.

Ya comenzaron a levantar un muro en la frontera para suplir
el hondo vacío de las torres.


CENTRAL PARK

Las mujeres se ven más hermosas cuando llueve: son
esculturas de agua en movimiento.

Las fuentes celebran la energia de las gacelas corriendo por el
Parque Central.

¿Para qué vive uno si no es para celebrar este trote, la agitación
de la sangre en la delicia de la observación?

Por eso salgo a mirarlas cuando van corriendo bajo los árboles,
cruzando entre la multitud ciega que pasa sin verlas,
Aparentando no ver ni sentir mientras se les deshace la piel. Es
una música distinta: las piernas y la hierba como un jazz que
contiene la respiración en el imperio de las noche.


LUMBRE DE LA LETRA

A José Emilio Pacheco

No huyas que rompes mis barrotes y me dejas sin vuelo en la
Piscina azul. Mira que el mar es el mar y su cielo muere en la
urna de la noche. No te vayas que aún me conmueven los
viejos sonidos del ropero, el tambor y la sequedad de los días
sin sol. No volveremos a estar solos temblando en el nevado.
Contempla la arenilla y el cristal que nos refleja mirándonos
el agua. Lee la señal que sigue la dirección del aire, el sudor de
mi cuerpo cuando busca a tientas la llave de mi prisión para
irme de vuelo por la ciudad apagada, apagada entre la nieve sin
lumbre, entre el barro que brama con la lluvia, el fango que
incita a escribir en esta sierra colorada.



MIGUEL ÁNGEL ZAPATA

Poeta y critico peruano, ha publicado libros de poesía ensayo y critica, notas sobre arte contemporáneo, antologías y traducciones de poesía norteamericana.
Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, y portugués. Es Premio Latino de Literatura 2003.
Reside en Long Island, New York, donde se desempeña como profesor de literaturas hispánicas en la Universidad de Hofstra. Invitado al Encuentro Internacional Poesía Universidad de Carabobo. Venezuela 2008.
Los poemas que presento a continuación son tomados de su Libro Los Canales de Piedra, que se terminó de imprimir en los talleres Cosmográfica en Valencia Venezuela el 26 de junio de 2008.



CAFÉ Y AGUA

Cien veces al día repite:
-Tengo que volver. Aquí reina la inclemencia.
Allí hay bondad y calor y...
Entonces calle.

Le pregunto,
-¿Allí?, ¿dónde es?
Señala cualquier lado.
Adusto su rostro,
calla

Le tomo la mano.
Nos sentamos a la mesa
En un rincñón tranquilo de un bar.
Pido un café para él
y un agua para mi.

Le hablo en árabe
y mezclo el agua con el café.
Se irrita: -¿Estás loco?

Intenta quitar
el agua del café

Lo intenta.

Intenta devolver
el agua al agua.


LA EMIGRACIÓN DE LA NOCHE DEL DÍA

La noche emigró de la desolada ciudad
y le dejó sus fatigados días
Tomó su luna, sus estrellas y se marchó

La ciudad se alegró por la luz
se desveló por días
Cuando se cansó, no encontró la noche,
en la que podría haber descansado.

El día emigró de la fatigada ciudad
y le dejó la nada.
Tomó su sol, su barullo y se marchó.
Buscó en todas partes y sin cesar la oscuridad
que le estructuraba el tiempo.
Se cansó el día y no supo
cómo ni cuando ni dónde debía dormir.


TAREK ELTAYEB

Nace en El Cairo, Egipto en 1959. Poeta y narrador y licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Ain Shams de El Cairo. Desde 1984 reside en Viena (Austria). Actualmente es profesor de la universidad de Krems.
Tiene publicados 9 libros en árabe y cuatro en alemán, mayormente poesía, pero también novela y teatro. Su obra ha sido traducida a 12 idiomas. En 2007 el Gran Premio Internacional de Poesía “Oriente - Occidente” en Rumania.
Ha participado en diferentes festivales poéticos en Europa y el mundo árabe, participó también en el 7 Encuentro Poesía Universidad de Carabobo, en Valencia Venezuela.
Los textos que presentó aquí son extraídos de su libro Polvo de Sombra (versión en castellano, alemán, árabe) publicado en Colección El Cuervo de la universidad de Carabobo.
El ritmo de su palabra recrea un mundo mágico de imágenes y añoranzas, apegado a la naturaleza y a las formas intrínsecas de lo intangible.


viernes, 1 de agosto de 2008

*






MIENTRAS SE OXIDA DIOS





ARTURO ARCÁNGEL


Mientras transcribía los poemas que usted está por visitar, sentía una voz no interior, más bien un grito, que me regresaba sobre el espíritu el gusto por la prosa visceral, reconocía a través de la escritura de Arcángel esa voz de entraña propia de quien realmente a vivenciado este país, con el claroscuro de sus mascaras.
Con gran alegría descubro (27 años después de su primera edición) y comparto este poemario Mientras se oxida Dios, que por ser antídoto, es a la vez veneno, que por ser poema es también anti-poema, que por ser humano, es divino, diablo, pequeño Dios y gran demonio, engendro, substancioso, entidad sentenciosa y nada al mismo tiempo.
Lo comparto con la nostalgia de una golondrina que desea hacer verano, y lo lanzo como una pedrada al cielo a ver si Dios escucha, o al menos usted “hipócrita lector, mi amigo” lo lee.



DEDICATORIA



Este libro hecho dardo venenoso, con toda su descarga de rechazo, censura y desprecio, como “HOMENAJE MERECIDO” a toda la prolífera y repugnante fauna colombiana:

roedores políticos
cerdos choferes
perros asesinos
pavos fanfarrones
lobos pastores
gorilas ejecutivos
chimpancés empleados
reptiles usureros
asnos prosaicos
y... palomas honestas... pero mudas.



EL AUTOR




pro-tierra

yo no amo mi patria
en el concepto estúpido de patria

quiero ser digno
sin bandera
ni slogan fratricida,

no amo así la patria
ninguna patria amo.

Por qué arrancar las flores
Y aplaudir
El paso de las huestes?

Yo no amo la patria
detesto a los soldados
de mi patria...

intento amar al mundo
por los mares
gaviotas
y crepúsculos,
porque el sol es una pan
sin religión ni idioma,

porque las rosas en europa
en asia
o en américa
acarician la piel de los amantes

y las aves románticas
de cualquier continente
cantan amor y no nos hieren
y no destripan como oxidadas bayonetas.

Yo no amo a mi patria
en su concepto estúpido de patria

Intento amar al mundo
sin odio
sin soldados.


zumo de las horas



no dejaré de maldecir
mientras me plazca el respirar
sobre la tierra

maldeciré
al que se dice dios
y a sus secuaces,
además a sus súbditos,
maldeciré a sus lazarillos
que en sombras le conducen a salvo
y le ceban
con sangre y analfabetismo.

No dejaré de maldecir
a la corana,
a quien la porte,
al cetro,
a quien lo ostente
al trono
a quien lo ocupe.

maldeciré
las leyes,
sus fabricantes e inventores
moriré maldiciendo
al artículo 20,
al 40, al 80, al 200
y a todos los artículos
que atan al hombre con las sombras
y le declaran muerto
impotente
y servil.

No dejaré de maldecir.
maldeciré llorando, riendo
susurrando, gritando,
siempre maldeciré

maldeciré
al asesino intelectual
y al material.
maldeciré después
a quien perdone al asesino.

No dejaré de maldecir
A la ciudad:
Deshonesta prisión
mansión nauseabunda
necrópoli y asilo.

maldeciré
a la ciudad:
homicida suprema
de todos los hombres
e íntegras las cosas.

Maldeciré
los ruidos
la contaminación
las máquinas

la sistematización de los latidos
la tecnificación del sexo
la codificación de los sesos

Moriré
maldiciendo.

no dejaré de maldecir
en este
ni en los otros planetas.

http://www.geocities.com/arturoarcangel/

*La foto que aparece, fue tomada en prestamo y alterada de la cubierta de un disco de la Banda Noruega de black metal Mayhem.

el preguntón descolocado


A L. Lamborghini


el tipo preguntó por los pájaros desposeídos

por las patas de los pájaros

que se lavan en la fuente.


preguntó por los pájaros hambrientos

por el pico de esos pájaros

gritando 'no pasarán' en esta nación piquetera.


por los pájaros poéticos

por la lengua de esos pájaros

escribiendo papeles sin fe ni sudor.


el tipo preguntó por los pájaros

por el vuelo de esos pájaros

pichones que se embolsan la cara

para escuchar la voz de Dios.


preguntó por los pájaros

por los ojos de esos pájaros

al ver la íntima luz de una niña

vejada por el patrón.


por los pájaros

por las alas de esos pájaros

cuando sangra el ano de un niño

violado por la respetuosa santidad.


el tipo preguntó por los pájaros

y se fue volando.

Aldo Luis Novelli


jueves, 31 de julio de 2008


SOBRE LA INPERTINENCIA DE LOS CUALQUIERA

Este texto pudo tener algún valor cuando lo escribí y cuando acontecieron los hechos, ya poco importa, pero estoy seguro que guarda algo del sentimiento que me generó escribirlo. Lo comparto pues estoy seguro que en pocos días el patrioterismo seguirá rasgándose su luto por las calles a la par con su ignorancia.

“Y hubo tanto ruido que al final llegó el final”
Joaquín Sabína




Con 5 minutos de prolongado ruido nuestro presidente busca acostumbrarnos a las sirenas de los tanques de guerra que pronto podrían ser pan de cada día en las calles de la ciudad.
La gran declaración de guerra era proferida ahora por la voz de todos y cada uno de los colombianos haciendo 5 minutos de ruido, el pez muere por la boca dicen los que saben. Parece que no le basta con su imperio de terror al presidente, ahora ha traído 5 minutos de extenso ruido que avivan el folklore de una tierra miserable y de un pueblo estúpido.
Los vi con impotencia, mientras iba presuroso en el transporte, con ese inexplicable afán de llegar a ningún lado. Sosteniendo un cochino pañuelo blanco en sus manos sucias, colgando una infame bandera de sus casas en arriendo (donde no hay segunda muda pero no falta la tricolor) y con su voz pendenciera y su risa lastimosa que semeja una mueca de muerte. Y ese paisaje de la calle Décima: "¿Quién es Leonor Serrano? SamuEL alcalde, 1 de mayo día internacional del trabajo, t.q.m., pre-unal, comandos azules número 13, pre-icfes vacacional,
Santa Fe X 100pre, U.P.N. presente, se arrienda pieza."
¿Cuánta energía se desperdició en 5 minutos de autómata ruido?, ¿no hubiera sido más ético callar? Eso es imposible aquí, en Colombia todo se hace al revés.
Sirenas, bocinas, cornetas, cláxones, clarines, trapos blancos y conciencias negras eran el júbilo inmortal de este país sin futuro, ya Carlos Vives lo dijo, la tierra del olvido.
A propósito, ¿contra qué se supone que estábamos protestando?, ¿de qué se trataba esta vez el "clamor" del pueblo colombiano?
19 países unidos al nuestro tratando de limpiar la memoria de sus propios errores en marchas plagadas de doble moral e intenciones políticas soterradas. En Colombia dimos ejemplo: en la capital de Caldas el pueblo manizalita se volcó a las calles, en el Valle del Cauca, respondió la gente que está del puente para allá, en Medellín su gente pujante proporcionó su mano y " Para adelante presidente".
Ahí estaba Colombia, tapizada de infamia, protestando, delirante de folklore, sublevada, servil del norte, opositora, manoseada del mundo, clamorosa, prostituida de su propia entraña, airada. Ahí estaba Colombia, llena de hambre y vacía de memoria, con esa mueca de sonrisa que ni siquiera será esperanza cuando aparezca en los labios de un niño que está perdiendo sus primeros dientes.

Ahí estaba Colombia haciendo sonar sus voces y su orquesta de tristezas, doblando las campanas de una supuesta madre, haciendo vibrar sus gargantas rebosantes de odio, ausentes de pan. Ahí estaba Colombia con la cara pintada de blanco gritando los múltiples nombres de sus muertos, sus innumerables masacres, sus incontables desaparecidos, sus hijos silenciados, sus tierras expropiadas, su fortuita explotación. Ahí estaba Colombia gritando por sus secuestrados pero olvidando el secuestro mayor, ése que nos cierra todas las puertas y nos impide salir de una vez por todas de semejante carnicería en que permanecemos.
Los hijos de Colombia primero son arrancados de los campos y son llevados al lugar donde habitan el hambre y el destierro, luego se enfilan en cualquier grupo que sin importar el nombre les provea otra suerte, pero siempre habrán de regresar muertos a un ranchito en algún rincón de cuyo nombre no quiero acordarme, y su madre recibirá el trapo tricolor, sí es que ese grupo es el ejercito, por que los otros muertos no cuentan, eso son harina de otro costal. Los hijos de Colombia no son los hijos de las montañas, Colombia los desconoce y los condena, cuando finalmente son los mismos hijos pobres, desarraigados, nacidos en dolor, que desde alguna trinchera estarán defendiendo un dinero que jamás verán y un poder que desconocen.
Ahí estaba Uribe diciendo a qué hora hacer ruido y a qué hora callar, secuestrando los sueños de un país que se acostumbró a vivir dopado de su propia realidad, y yo desde mi transporte, no tenía preguntas porque sé que no hay respuestas. Sólo una cosa más (por el bien de mi inconsciente), ¿quiénes son los secuestrados?, ¿solo esos que la guerrilla tiene en la montaña?, ¿o los 40 millones que tiene el presidente rondando como fieras famélicas por todo el país, buscando como salir de él?

¿Por cuál libertad demanda el pueblo? No lo sé. Mas, ahí seguirá Colombia agitando con delirio sus miserias a mediodía, con todo el ruido del que somos capaces en estas exóticas latitudes del trópico y en la tarde haciendo un ruido similar, para entonces ya no serán 11 diputados muertos, sino 11 jugadores de futbol haciéndonos gritar porque quizá esta vez sí se puede.
Ahí estará de nuevo Colombia, ya no llorando su inmediato presente, si no esta vez esperando ansiosa una redención, que como no llegó con un partido político, llegará con uno de fútbol.

Larry Mejía.
En memoria de los 40 millones de muertos que seguimos vivos y secuestrados en Colombia, y de los otros 4 millones que lloran a la distancia y nos ayudan a clamar por radio o televisión.

Como un dolor de muelas
(Sub Comandante Marcos/Joaquín Sabína- Música Francisco Varona)



Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,

como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,

como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si al fin un buen poema me saliera...
una oración.

Como si la arena cantara en el desierto
los cantos de sirena del mar Muerto,
como si para crecer sobraran las escaleras,
como si escribiera un ciego un libro abierto.

Ven a poblar el zócalo de ojos,
siembra de migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.

Ponle al sordo voz y alas al cojo,
bendice nuestro arroz, nuestro minuto,
como si no fuéramos cómplices del luto...
del corazón

lunes, 28 de julio de 2008





TRANSMIGRACIÓN

Se llega a la lucidez
A través
De de muchas locuras
Cuando hasta para un milagro estamos viejos
Se llega por supuesto muy cansado
Mis sueños limitan al norte con el este
Y al sur conmigo mismo
Que pequeño soy
Aquí donde solo se habla la lengua de los muertos
Siempre me toca regresar
Gran miedo...
Cuando llegue por fin
Estaré muerto
Solo a la muerte se va uno
Completo.


EN TORNO A LO MISMO


Cuando

por

fin

acuda Dios
los hombre estarán


borrachos

vomitando



y ellas en desorden

escupiendo

calumnias baladíes


y Dios será

uno

más

entre la orgía

sonrojado

escondiendo

su corona de mando.



Arturo Arcángel

POEMA PARA POETA DE DOMINGO POR LA TARDE

Es domingo en la tarde y siento ganas de morir
Profundas ganas
El domingo y el suicidio son lugares comunes
También los poemas y las penas, las putas y lo poetas
Pero es lo que siento
Así esté haciendo una hermosa tarde allá afuera
Así los niños corran a salvo de las balas
Por ahora
Así los novios en los parques se enciendan de pasión y helados
Así en la eucaristía el cura perdone los pecados
Y una buena noche de sueño, permita resucitar los ánimos
Al que hacer semanal
Así pase lo que pase y lo peor es eso, que no pasa
Y cuando pasa, solo pasa y me deja solo como si no pasara nada
Así toquen a mi puerta los santos de los últimos días
Así venga Satanás a ofrecerme diez tequilas
Así, y así y así...
Voy repitiendo lugares comunes de presencias ausentes
Voy desgarrando en silencio mis pulmones,
Con las rutas que me quedan, voy escribiendo para nadie
En medio de mi cuarto y de un viaje
Voy subiéndole al estereo"el camino está caliente"
Y nadie podrá sacarme de aquí, de mis hojas y mis soledades
De mi vació y mi hermano
De mi sol y mí que hacer
Es domingo en la tarde y siento ganas de morir,
De cortarme las venas y no amanecer,
De no redimir al milagro que no entiendo
De callar yéndome a la nada
La anestesia del mundo ya me hizo su trabajo
Quiero esta tarde irme entre mis libros
Entre los poemas que son puñales silenciosos
Que responden a la guerra
Confesiones de pecados no cometidos
Testamentos de bienes que no existen
Cartas sin remitente dirigidas al señor de los abismos
Además son lo más baratos
Además cuestan tanto,
Además se olvidan y se hacen eternos,
Quiero escaparme por sus hojas y caer, caer, caer,
Estertor, y ansias de vacío
Locura, sueño de más y sin piedad
Agonía y la desidia a quedarse o a partir
Domingo en la tarde y poema para nadie
Los sábados aprendo algunas cosas
Pero ahora es domingo por la vida por la tarde y por la muerte
Y no importa que nombre tenga este tiempo
Y para ser sincero, hoy ya es martes
Dos días más han pasado desde que pensé sentarme a escribir para no morir
Es martes, sí es martes, esta semana aprendí que el tiempo es irrelevante
El domingo, o la noche o la tarde, o la luna, o el amor o el odio,
Poco importa, solo sentimientos que confluyen en distintas tumbas
Nada importa, no es domingo y qué importa
Mis cenizas están esparcidas
Es domingo por la tarde o mentira de 14 de febrero
O martes 18 de marzo del año 2008 a las 7: 39 de la mañana
Estoy parado en el capitel de este tiempo, con la vida por delante
Y la muerte por detrás
Presta a dispararme
A matarme de la angustia de saberme vivo
En este sin sentido
No es domingo, no es la tarde
Pero sí es cierto que los perros aprenden a cruzar la calle
Y luego se suicidan.

Larry Mejía.

martes, 22 de julio de 2008

Ruego por Colombia


RUEGO POR COLOMBIA
o la ética del rinoceronte

Desde afuera los poemas se ven bien, desde adentro duelen.
Desde afuera el poema sigue su camino, desde adentro nos detiene.
El poema colombiano es un drama con final feliz, porque al final llega el éxodo o la muerte, porque finalmente o logramos irnos o nos matan, los he visto irse o morir, mientras agonizamos en el intento, sin poder siquiera despedirnos porque ni tiempo para eso nos ha dejado el engendro. El poema colombiano no lo escriben poetas, los escriben hombres anónimos de la calle y de las sombras, personajes de la oscuridad que hilan la maraña de la ciudad y se enredan en ella, que bien sea con las drogas o con la realidad terminan consumiéndose, dando eso sí visos de genialidad y enajenación, eso es lo que nos ha dejado la guerra, un sub mundo, una cuidad antropófaga que alimentada de sí, regurgita y vuelve sobre sus restos, para intoxicarse de su sangre, confundida en el cause de la muerte, cebada de sus propios cadáveres y día tras días más hambrienta y más famélica, más incesante en la necesidad de víctimas, más mutiladora de cuerpos y sueños.
El poema colombiano ya no puede ser siquiera una queja, unas palabras agudamente ordenadas en el papel que permitan exorcizar el dolor de la raza, ya no hay tiempo para el papel y la pluma, porque la existencia en mi país es explosiva, el existencialismo detonante, y la prosa una explosión de acciones que desembocan en el cansancio de una voz ahogada, de un sueño ulcerado y de una dentellada despiadada que no deja salida.
Estamos acorralados, entre la espada y la fosa, con malvados epitafios que siquiera invocan afanes de reconstrucción en la memoria, cuando si algo le hace falta a Colombia es memoria, pues esta solo existe para eternizar en la pupila al asesino, al del padre, al asesino del hijo, al asesino de la madre, y así poder vengarse de los múltiples genocidas, con otros, crímenes surtidos de ingenio atroz, e instinto homicida.
Para eso se alimenta la sociedad antropófaga, para tener fuerzas y seguir en su danza de holocausto, en su carnaval de vísceras que surcan los dolores del himno nacional y germinan la nueva oscuridad de América latina, la sectorización de la estirpe, por la expiación de los pecados, para la conveniencia extranjera.
Ruego por Colombia para que conozca de paz algo más que la palabra, esta que cancerigena recorre bocas y manos, conveniencias, tratados, acuerdos y mesas de negociación.
Ruego por Colombia desalmada y católica, polifónica en la voz de sus armas y noble en sus campos ya vacíos.
Ruego por la inocencia pérdida de las manos infantiles que empuñan un AK-47, ruego por las vaginas sarnosas brutalmente arrancadas del vientre, ruego por los deseos de pan cegados en el repetir de la canana, ruego por el cuerpo que le entregaron a una madre, desfigurado por el odio y cubierto de una infamia tricolor, también ruego por los hijos que Colombia olvida, solo porque al uniforme le sobreponen una pañoleta roja, esos también son hijos de Colombia y por ellos también ruego, porque son producto de la misma afrenta repetida, del mismo provecho soterrado, de la misma ignorancia ignominiosa, empuñando el mismo fusil, desde la misma montaña, por el mismo interés destinado a otro patrón, y por eso Colombia no los reconoce, porque ellos no consignan a la cuenta de los Uribe Vélez, de los Holguín, de los Pastrana, de los Gaviria, de los Santos, cuando finalmente son los mismos campesinos que por suerte o error ofrendan sus vidas a intereses que jamás verán y que son inducidos a la guerra por un arriero de cualquier nombre, o cualquier seudónimo.
Ruego por Colombia, para que no enferme más a sus hermanos con sus lances alucinógenos y sus ejércitos heterodoxos, con sus hijas putas y sus hijos resentidos, ruego por una lobotomía para mi país, ruego por regresar al milagro precursor que no necesitó de minas anti persona, ni de carteles, ni vitrinas carnales para encumbrar sus ríos y sus montañas, sus cantos de pradera, y sus vuelos de paloma.
Ruego a Colombia para que no aboque al abismo a sus cantores y sus coristas, a sus hombres cajas de resonancia, y sus niños multi-instrumentistas, a sus pocas manos ya, que aun hoy entre la pólvora huelen a tierra y fruto, aun hoy cuando en Colombia nadie tiene ya raíz.
Ruego por Colombia a estas alturas cuando lo poco que le salvamos a la violencia ha sido fe y poesía.

Larry Mejía
Bogotá abril 24 de 2008