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jueves, 19 de marzo de 2009


Mis libros queridos
Mis queridos libros
Hojas hechas de la piel del árbol
Reposan silentes en mis estantes
De ronca madera
Sosiegan mis libros en los brazos del árbol
Esparciendo un canto
A la sombra del libro a la sombra del árbol
Sin decir palabra
Dueños del silencio
A quienes mece el viento
Como a las ramas del árbol
Y de libro en libro
Como de tronco en tronco
Voy talando la muerte
Voy entonando mi ritmo
En un bosque que planto
En la raíz del libro
En la tierra del árbol.

domingo, 15 de marzo de 2009



LA CASADA INFIEL .


Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido,
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el cinturón con revolver.
Ella, sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo
la luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.


1928

Federico Garcia Lorca
*A manera de Antología Erótica, este bello poema, (ambos)

Yo soy el tipo

Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza.
El que vació revólveres
en latas de cerveza
en medio del desierto.
El que se bebió las cervezas
y escribió poemas alcoholizados
en el oxidado pellejo de la arcilla.
Yo soy el tipo que atravesó el desierto
detrás de un luminoso oasis
y cuando lo alcanzó/ se encegueció de espejismos.
El que abandonó el desierto
cuando el viento desparramó poemas
con olor a cerveza
y se vino a la ciudad.
Yo soy el bebedor de cerveza
el que navegó en barcas de cristal
cuando todos reían a carcajadas
bebiendo blancas bebidas en lujosas habitaciones.
El que cantó la canción del infinito
en un bar miserable del bajo de esta ciudad/
donde los bebedores de birra
se tiran en la vereda con una bolsa en la cara
a viajar por los bordes del paraíso.
Yo soy el que se acostó con dos minas una noche
y se despertó solo y sediento
a beber una cerveza
entre bardas rojas de un desierto amarillo.
Yo soy el tipo cansado de este mundo viejo
de hipocresía y usura/
el perseguidor de una palabra luminosa
que cure las llagas de infelices y hambrientos.
Yo soy el bebedor de cerveza
el que intenta la salvación o el desesperado perdón
escribiendo sucios poemas
plagiados a otros poetastros y poetitas
en medio de esta ciudad de tristes corazones.
El poeta in-mundo peleando en este mundo
de absurdas razones para la miseria/
vate urbano o lenguaraz de baratija
esparciendo bagatela poética
a ingenuas mujercitas que lagrimean de emoción.
Yo soy el que conoce el sabor de su sangre
desde el día que nació/
y mi garganta conoce la sed
antes que el sabor de una mujer.
El que se junta con bardos y borrachos
en bares pringosos y escucha su alcohólica musa
y hace que les cree y se emociona
al menos por un rato/
el tiempo necesario para fingirme poeta
y tomarles una cerveza.
Yo soy el que vio a Dios convertido en francotirador
disparando sobre la cabeza de los creyentes
desde la azotea de un bar en medio de la ruta.
Yo soy el tipo que gritó revolución
en medio de unos cuantos hijos de puta
que honraron a la patria
silenciando la palabra de hombres y mujeres
a punta de fuego y sangre mutilada.
(perdón 30.000 voces desaparecidas).
Yo soy el tipo/ el bebedor de cerveza.
Aldo Luis Novelli
-Argentina-

Todo nos llega tarde

Todo nos llega tarde... ¡hasta la muerte!
Nunca se satisface ni alcanza
la dulce posesión de una esperanza
cuando el deseo acósanos más fuerte.

Todo puede llegar: pero se advierte
que todo llega tarde: la bonanza,
después de la tragedia: la alabanza
cuando ya está la inspiración inerte.

La justicia nos muestra su balanza
cuando su siglos en la Historia vierte
el Tiempo mudo que en el orbe avanza;
Y la gloria, esa ninfa de la suerte,
solo en las sepulturas danza.
Todo nos llega tarde... ¡hasta la muerte!

Julio Florez

lunes, 9 de marzo de 2009

El naufragio

Afirmo que lo he intentado.
Con una violencia que no cabe en mí.
Con un desaforado anhelo de vencer.

Pero los días multiplicaron el sonsonete de mi desgracia,
el ávido escozor del incendio que devora mis ojos.

¡Créeme! ¡créeme!
integra he sido
torrente golpeador que silenciaste
evidente misterio de ternura y fracaso.

Mi naufragio carece de la magia del puerto
que recoge los últimos restos al garete.

Afirmo que lo he intentado.
Pero heredé la hierba que no sabe de olvidos
y bebí la más pura porción de su veneno.

Sofia Acosta
-Argentina-

*Poema tomado de la publicación Opúsculo No 1 aparecida por primera vez el lunes 14 de Mayo de 1979, a las 6:30 de la tarde.
Esta publicación es la continuidad de El Sumo Zumo y El Plegable, igualmente dirigidas por el poeta Arturo Arcángel.



Qué hacer

Voy a cebar un mate
A fumar un cigarro
A leer un poema

Soy un adicto
Fue una semana de mierda

Prefiero el dolor de cabeza
Que me produce el tabaco
Prefiero con la bombilla
Seguir quemando mis labios
Y al leer el poema
Seguir alimentando mis vicios

Larry Mejía.

*Tomado de mi cuaderno argollado 5 materias

Pregón de los raponeros de la poesía

Venid a ver
este cartel.
Se pinta en él,
se cuenta en él
-y lo comenta el brujo-
la peripecia
del raponero
de la poesía

(pongámoslo en plural,
pues son plurales
los raterillos
de la poesía.)

Mirad aquí:
cluecas histéricas,
menopáusicas,
incapaces
De poner un huevo
que obra no fuese
de un pato loco
y extranjero.

Mirad este otro cuadro:
son injertos de lianas
abrazadas
a troncos poetas indefensos;
escamas de la piel abandonada
por el pitón desdeñosa
y ahíta.

Y en el otro cuadro
el cartel muestra:
ecos equívocos
de voces varoniles;
espejos empañados
de los rostros más bellos;
cacofonías
que agravian
la palabra.

Y este dibujo os dice:
conchas vacías
de suculentos frutos;
muertas olas
tras le gran merejada
de la gran poesía;
algas podridas
sobre la playa literaria.

Y el pregón finalmente pregona:
Tartamudos de la angustia
Verdadera:
simuladores de la pasión
sincera;
falsificadores de la palabra
veladora ;
meros abortos de la vanidad

Venid
todos vosotros:
los inocentes
los incautos
los hambreados de poesía.
venid
a ver
este cartel:
se pinta en él,
se cuenta en él
-y lo comenta el brujo-
cómo los raponeros
consumaron su crimen
sobre la virgen poesía.

Jorge Zalamea

*Tomado de Cantos, publicado en 1975 por el Instituto Colombiano de Cultura.

Soneto

Poeta soy, si es ello ser poeta.
Lontano, absconto, sibilino. Dura
lasca de corindón, vislumbre oscura,
gota abismal de música secreta.

Amor apercibida la saeta
Dolor en ristre lanza de amargura.
El espíritu absorto, en su clausura.
Inmóvil, quieto, el corazón veleta.

Poeta soy si ser poeta es ello.
Angustia lancinante, pavor sordo.
Velada melodía en contrapunto.

Callado enigma tras intacto sello.
Mi ensueño en fuga. Hastiado y cejijunto.
Y en mi nao fantasma único a bordo

1944

Poeta sono

Poeta sono, se é ció esser poeta.
Lontano, celato, sibillino. Dura
Scheggia di corindon, tetro barlume,
Goccia abismal di musica segreta

Amor che dalla freccia fu colpito.
Dolor in resta, lancia di amarezza.
Pensieroso lo spirito, in clausura.
Banderuola il cuor, quieto ed immoto

Poeta sono, se è ciò esser poeta.
Angoscia lancinante, timor sordo.
Velata melodia in contrappunto

Dientro intatto sugel tacito arcano
Il sogno in fuga. Stanco ed accigliato
Nel mio vascel fantasma unico a bordo

Traduzione da
Vincenzo Josia.

León de Greiff

*Texto tomado de la Antología Multilingue, publicado por Colcultura en 1995.